Vergüenza: legisladores que deben velar por nuestra seguridad casi se agarran a las piñas

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Nimsi Franciscangeli es una periodista con vasta experiencia en el periodismo político, ha entrevistado a grandes figuras y se desenvuelve cómodamente tanto en prensa escrita como en la radio; sus ojos no desvían la mirada ajena, su voz no duda al preguntar. En esta oportunidad, replicamos una nota que escribió para los colegas de Sitio Andino, con fotografía de Cristian Lozano.

El objetivo era claro: el ministro de Seguridad, Raúl Levrino, debía visitar la Bicameral de Seguridad para responder preguntas de los legisladores y exponer cómo es la situación actual de Mendoza en relación a este tema.

El comienzo de la charla fue cordial y la oposición dejó que el funcionario expusiera durante casi 60 minutos los logros y falencias de su gestión (según su óptica). En la sala, además de los legisladores y funcionarios, estaba la familia de Martín Salzmann, comerciante asesinado en Guaymallén.

Una vez finalizada la alocución de Levrino, ingresó a la sala el diputado José Luis Ramón que realizó tres preguntas que quedaron opacadas por los gritos entre pares. “No se pongan nerviosos, el ministro no lo está”, le expuso Ramón a Néstor Majul (subsecretario de Relaciones Institucionales del Ministerio de Seguridad) que se ubicaba en primera fila, atento a lo que sucedía en la mesa.

No obstante, dos filas más atrás se encontraban los familiares de Martín, que pedían algo tan simple y básico como respeto, algo que no se vio en la jornada de este jueves. “Pueden tener respeto por nosotros que somos una familia, nosotros queremos escuchar lo que dice el ministro. No queremos que se ataquen ”, manifestó una de las parientes del comerciante.

Después del pedido de respeto de los familiares, ingresó otra persona (que se identificó como familiar) con un cartel de “justicia” manifestando a los gritos que el ministro debería hacer “darnos chaleco a nosotros, porque ustedes a los delincuentes no los buscan, son amigos de ellos”.

La reunión en la Bicameral de Seguridad fue un encuentro cruel y sucio donde se hizo política con una persona muerta, desvirtuando por completo el objetivo de la visita de los ministros que concurren a la Casa de las Leyes.

Faltó poco para que adentro de esas cuatro paredes, quienes deben velar por nuestra seguridad, se golpearan. Por ahí estas situaciones se ponen en duda, no se sabe si es circo o es algo real. Nuestros honorables a los gritos diciendo que se trataron con respeto. Mientras por detrás, lo mínimo que se gritaron es “mentiroso” y “caradura”.

En esta oportunidad no vale gastar más letras en mencionar qué espacio político comenzó porque ninguno de los presentes estuvo a la altura de superar las rivalidades de sus colores partidarios para pensar en los mendocinos.

Porque, por más que lo cuenten como un logro, cada 100 mil habitantes hay tres homicidios y los hurtos y robos simples van en aumento.

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