Responsabilidades e irresponsabilidades compartidas para el «último primer día»

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«En esta película de terror no nos atacarán una horda de zombies, pero si lo hará un conjunto de Gremlins alérgicos al agua con un caminar digno de Thriller». Se viene el UPD.

El lunes comienza formalmente el ciclo lectivo 2023 y lo hace de la mano de un evento que se ha instaurado desde hace ya diez años: el «último primer día». En pocas palabras, es el festejo de las alumnas y alumnos de quinto – o sexto en los colegios técnicos – quienes celebran el inicio del último año en el que asistirán a la secundaria.

En un principio se trató de hechos aislados, sin embargo, hoy en día se ha afianzado en la agenda de los adolescentes transformándose en una fecha tan importante como el día del estudiante.

Consiste, en la mayoría de los casos, en una fiesta la noche del domingo donde se consumen bebidas alcohólicas, se coloca música, hay juegos y vaya uno a saber qué otras actividades se realizan – quienes peinamos varias canas, no tuvimos la oportunidad de conocer la adrenalina del UPD -.

Se trata de una noche muy similar a las que suelen tener los viernes y sábados pero con el sabor extra que al otro día hay que ir al colegio y da la sensación de que todo vale: llevan bengalas, banderas, redoblantes (uf, hermosa armonía para acompañar la resaca) con la incógnita de la ruleta rusa de no saber en qué condiciones los futuros egresados se presentarán en los establecimientos educativos.

La preocupación de los directivos y padres responsables es grande. Desde hace algunas semanas que se realizan reuniones de debate e informativas cuyos tópicos de conversación son: ¿qué hacemos si asisten ebrios?, ¿qué deben hacer los padres la noche del domingo con sus hijas e hijos?, ¿se pueden revisar las mochilas en búsqueda de botellas?, ¿los esperamos con café con leche y facturas o con el fuego ya encendido?

Sin embargo, las responsabilidades – e irresponsabilidades – son compartidas. Los padres saben si sus hijos se están reuniendo o no con sus compañeros la noche previa, saben si han comprado alcohol, si tienen ropa escondidas en sus mochilas. Saben que lo vienen planificando hace varios días y que todo esta organizado. Las autoridades escolares también saben a qué se enfrentan pero, considero, no cuentan con las herramientas necesarias de contención.

Imagino a los directivos parados en la puerta del colegio con una música de fondo como las que colocan en los momentos críticos de una película de terror. Somos conscientes que algo va a pasar porque el ambiente se pone tenso, la oscuridad abunda, el estúpido del mejor amigo del protagonista corre al bosque en vez de ir a donde hay gente. En esta película de terror no nos atacarán una horda de zombies, pero si lo hará un conjunto de Gremlins alérgicos al agua con un caminar digno de Thriller.

Antes de terminar, organicemos el calendario:

  • UPD.
  • Presentación de la remera y buzo.
  • Fiestas pre – durante – post viaje de egresados.
  • Cena de egresados.
  • Fiesta del UUD (Último Último Día).
  • Fiesta del aniversario de un año del Mundial 2022 (ya que estamos).

Se viene un año movido para los adolescentes. Será cuestión de ir planificando y coordinando en conjunto desde los diferentes ámbitos responsables para que nos se produzcan desmanes.

Cada uno desde la posición que le toca: alumnos, padres, autoridades escolares, policía de Mendoza, ministerio de Educación. Las responsabilidades e irresponsabilidades son compartidas porque cada uno de los componentes de la comunidad son quienes deciden de qué manera se van a encarar estas fechas.

¿Lo positivo? Es que son varios los eventos, quizás se pueda aprender de los errores a medida que progresa el año y puedan cerrarlo de la mejor manera.

¿Lo negativo? Es más simple ser irresponsable, no hacerse cargo, mirar hacia otro lado y olvidar porque, justamente, hablamos del Último Primer Día, en un año esos alumnos no vuelven más y el alivio se ha de sentir espectacular.

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