Desde el Círculo Rojo quisimos conocer el trasfondo de la Fiesta Nacional de la Vendimia. Para eso, convocamos a una de las partícipes de un momento referente para nuestra provincia. Hablamos con una de las bailarinas que nos relata que los sueños son posibles. Hacé click, empapáte de Vendimia.
Belu, como le dicen sus seres queridos, le ha dedicado gran parte de sus 26 años de vida a la danza en diferentes estilos: desde los 4 hace folclore y en el 2019 ingresó en el maravilloso mundo del tango. Somos de Mendoza, amamos esta provincia, quisimos contarte más de Vendimia, del orgullo que sentimos por ser mendocinas y mendocinos.
La imagen que decidimos colocar de portada representa la adrenalina previa a actuar frente al público que viene de todas partes del mundo. Si, las gradas están vacías, eso da el puntapié imaginativo que puede tener un artista momentos antes de verlos llenarse.
“Mis padres me enviaron a baile junto con mi hermana para hacer una prueba y ambas, hasta el día de hoy, lo seguimos realizando”,
cuenta agradecida a sus progenitores
“La danza es lo principal que me ha ayudado a aprender a expresarme y a superar mi timidez, entre otras tantas cosas”.
La artista mendocina estudia el segundo año de la Tecnicatura en Preceptoría Escolar en el Instituto ISEM y trabaja en el Ballet Estable de la Municipalidad de Las Heras.
Son muchos años aprendiendo ambas disciplinas y la mendocina relata: “Artísticamente crecí en la escuela de danzas «Ballet Amor y Danza» y en la «Compañía de Tango y Folclore de Héctor Moreno». Grandes profesores y maestros me ayudaron y siguen ayudando a crecer como bailarina y como persona, considero que no podría haber tenido a otros como ellos, para mí son los mejores e indicados para mis primeros pasos en ambas danzas”.
En el 2023 tuvo la posibilidad de ser parte de vendimias distritales y de “Juglares de Vendimia: un canto a la naturaleza”, en donde participó de las tres noches: “Desde mi adolescencia veía a compañeros más grandes quienes participaban en Vendimia y uno como bailarín se va preparando para cumplir sus objetivos. Uno de los míos era presentarme a los casting de vendimias tanto departamentales como nacional, anhelaba con bailar ahí”, explica Belén.
“Lo veía como un desafío para superar miedos, nervios al ser observada en los casting”.
Con respecto a esa experiencia que pude ser tan difícil de participar en casting aconseja a las y los bailarines a animarse y hacerlos: “Mi primer casting para la Fiesta Nacional de la Vendimia fue a mis 18 años, era consciente que aún me faltaba preparación artística para ingresar, pero igual me presentaba porque uno en el casting aprende mucho y, además, me sirvió para superarme”.
“Tuve la oportunidad de quedar en mi tercer casting, costó pero se logró y eso es lo importante. Después tuve la oportunidad de seguir participando, pero cada casting, cada Vendimia sigue siendo como la primera, sintiendo los nervios, luego las ansias y el miedo en la espera de las listas para saber si quedo seleccionada o no»,
agrega Belén Corvalán.
En esta edición de Vendimia en el Teatro Griego Frank Romero Day su rol fue participar bailando tanto folclore como tango. No es su primera experiencia en la fiesta mayor de los mendocinos: “Llevo 7 fiestas Nacionales de la Vendimia consecutivas, más algunas vendimias departamentales desde el año 2017 hasta la actualidad”.
Y detalló sus participaciones: “Han sido en Ciudad en los años 2020 y 2023; en Las Heras en los años 2020, 2022 y 2023; en Godoy Cruz en las ediciones del 2020 y 2022; en Maipú en 2017 y 2018 y en Tupungato en 2020 y 2022”. Sin embargo, va por más y agrega: “Esas son mis participaciones, hasta el momento”.
Paralelamente, en esta vida que involucra danza y Vendimia, recuerda: “He tenido la oportunidad de participar para Vendimia en las Bodegas. Es un evento que se basa en prepararnos para participar en grupos de 5 parejas en distintas bodegas del departamento de Luján de Cuyo. De esta manera, seleccionan a las personas que realizaron la Vendimia de dicho departamento en caso de darse de baja para las bodegas y comienzan a llamar a otros bailarines que puedan participar. Estuve en el año 2022 y 2023 en las siguientes bodegas: Zolo, Viamonte y Familia Blanco”.
“Ser parte de la Vendimia significa amor, orgullo, felicidad, plenitud. Es inexplicable lo que se siente bailar en el escenario mayor de los mendocinos, lo que se vive fuera de escena también es único”.
Además, cuenta lo que significa vivirlo en carne propia: “Vendimia, siendo bailarina, significa y representa disfrute con compañeros, amigos, personas nuevas que uno conoce y son increíbles. Abrazarnos antes y después de la fiesta deseándonos feliz Vendimia con cariño, felicidad y orgullo. Mirar al público y sentir su emoción, alegría y todo lo positivo que brindan”.
“Luego de 7 años se me dió la oportunidad, a la cual estoy muy agradecida, de bailar en la famosa pasarela del escenario, algo que anhelaba siempre y nada mejor que mi primera vez sea realizando el malambo final, donde pude apreciar al público desde mucho más cerca. Veía sonrisas, personas emocionadas, los aplausos que recargan energías en uno para darlo todo hacia ellos”,
relató la experimentada bailarina.
Uno de los momentos que más adrenalina conlleva subirse a un escenario es la previa, desde el Círculo Rojo le consultamos sobre ello: “Ansiedad, alegría, emoción principalmente cuando estamos en las bocas del escenario preparados para salir y se escucha la canción de Vendimia, y la voz del director diciendo que ya arrancó, deseando feliz Vendimia y palabras que motivan”.
Otro punto de gran importancia es el vínculo que se gesta con sus pares: “Compartir con nuestros colegas es sinónimo de diversión, aprendizaje, orgullo, admiración hacia ellos. Siempre los ensayos con ellos son positivos, en el camarín, en el día de la fiesta y sus repeticiones”.
“Con algunos básicamente, en ésta época, surgen hasta convivencias ya que nos vemos todos los días y todo el día yendo de un ensayo a otro” explica. Y algo es fundamental y lo menciona entre risas: ”Compartiendo unos exquisitos mates”.
Con respecto al futuro y a sus aspiraciones profesionales expresa: “Quiero seguir creciendo profesionalmente como bailarina, mejorar día a día, año a año lo que me haga falta a través de los increíbles profesores, maestros y compañeros que tengo. Deseo sumar nuevas experiencias en otros rubros además de bailar, como por ejemplo, ser monitora o asistente de alguna Vendimia. Prepararme para participar en algún Mundial de Tango, también armar una pareja para el festival de Cosquín y aprender más malambo Argentino”.
“Todo a su tiempo, porque los tiempos de Dios son perfectos. Hay una frase que me han dicho y considero que es muy realista «un bailarín nunca deja de aprender».
La vida de Belén está llena de sueños y grandes realidades. Esfuerzo, aprendizaje, agradecimiento y respeto por la danza son parte de su ser. Recuerden su nombre, sin dudas, seguirá transmitiéndonos alegría y destreza en los diferentes escenarios que, siempre, tendrán nuestros aplausos admirando su magia latente en cada giro, en cada zapateo, en su sonrisa que nos regala y nos demuestra: “Mi pasión es la danza”.
